La expansión hacia otros mercados requiere conocer bien las vías existentes y las formas de cooperación con mejores resultados

Existen numerosas razones que pueden llevar a un empresario a replantearse las fronteras de su mercado actual, pero ¿por qué es importante?

Porque aprovechamos la capacidad ociosa de producción que posee la empresa, diversificamos el riesgo de operar en un solo mercado, ganamos competitividad al luchar con competidores más eficientes, accedemos a mercados más grandes consiguiendo economía de escala, etc. En España, por ejemplo, la razón que impulsó a muchas pymes a dar el salto fue la crisis económica de 2009. Los empresarios dominicanos no necesitan esperar una crisis económica de esta envergadura para abrirse al mercado exterior. Factores como nuestra limitada economía -cuyo gasto interno no aporta el dinamismo suficiente para impulsar el crecimiento económico de las pymes- y como nuestra ubicación estratégica para exportar hacia Centroamérica y el Caribe -comenzando por Haití, mercado necesitado de ser abastecido- deben llevar a elaborar una estrategia de internacionalización tanto de grandes empresas como de pymes.

Las vías para una internacionalización empresarial pueden ser: a) la realización de operaciones de comercio exterior; b) la cooperación entre empresas; o c) la inversión en el exterior o implantación productiva en otros mercados. Estas opciones son válidas y viables, siempre y cuando se disponga con antelación de una sólida estrategia, basada tanto en un análisis interno de los recursos financieros y humanos de la empresa, como en un análisis externo sobre el atractivo del mercado objetivo, las barreras de entrada y los riesgos potenciales. Todo ello, de la mano de una correcta elección del vehículo corporativo a utilizar para ordenar el proceso de internacionalización y de un asesoramiento jurídico y empresarial especializado que ayude a regular el negocio y a estructurar las figuras que gobiernen la relación entre las partes.

Figuras usuales

1) Para cooperaciones con objetivos comerciales: el consorcio de exportación, la antena colectiva, el joint venture comercial, el piggy back o aprovechamiento de la red de distribución ajena; 2) para cooperaciones con objetivos tecnológicos: las licencias de patentes y marcas, las transferencias de tecnología; 3) para cooperaciones con objetivos productivos: la central de compras, la fabricación o ensamblaje conjunto, el joint venture corporativo para la implantación productiva; y 4) para cooperaciones con objetivos financieros: la adquisición apalancada o leveraged buyout, la sociedad de intermediación financiera, entre otras.

La internacionalización ofrece un número ilimitado de posibilidades y mercados a través de la cooperación inter – empresarial. Hay tantas fórmulas como tipos de empresas y los acuerdos que entre ellas se puedan generar. Aquí dejamos el reto de la internacionalización como un pilar estratégico para el desarrollo de nuestra economía, así como nuestra disposición para asesorarle y acompañarle en este extraordinario y ambicioso proceso.

Colaboración para el periódico El Mercantil, descarga el ejemplar aquí.